Fig. 1. Contador del bicis en el Paseo de Isabel La Católica, que el 28 de junio ofrecía la cifra de 276 ciclista que habían pasado ese día hasta las 9:20 de la mañana y 162.993 desde el inicio del año 2023.
D. JOSE LUIS SAINZ GUERRA, en nombre y representación de la ASOCIACIÓN CULTURAL CIUDAD SOSTENIBLE, con domicilio en C/ Barbecho 27, bajo, 47014, Valladolid, y CIF G47566476, presenta las siguientes:
Alegaciones
La falta de argumentación, la falta de razones
La primera consideración es que el documento que aporta el Ayuntamiento es de una extraordinaria parquedad y pobreza. Es una hoja y media de texto donde no hay una exposición de motivos, no se enumeran razones, tampoco se remite a los documentos en los que se hagan constar el malestar o la satisfacción, el acierto o la torpeza, la funcionalidad o la disfuncionalidad, las loas o las protestas contra los carriles bici y los carriles bus y taxi. El único objetivo claro es la puesta en marcha de un procedimiento de derogación de una ordenanza en vigor. ¿Para qué? No se sabe. Una derogación como la que aquí se plantea significa la desaparición de dicha normativa, sin ninguna razón, y sin que sea sustituida por otra nueva. Al contrario, el efecto será tener manos libres para volver a la situación anterior o a otras nuevas.
Se dice en el citado documento que “recibidas nuevas orientaciones en materia de movilidad por parte del Equipo de Gobierno“, y más adelante se añade: “con el fin de permitir nuevas orientaciones de movilidad en el ámbito contemplado por la misma”. Por desgracia, es evidente que el documento no menciona ninguna nueva orientación en su texto, tampoco se declaran los principios que inspiran las nuevas orientaciones, sean estas las que sean.
Tampoco se realiza una exposición, al menos resumida, de los problemas que ha acarreado la ordenanza que se pretende derogar, así como un análisis de los más importantes conflictos que ha generado la ordenanza; tampoco existe argumentación sobre la necesidad de la derogación, frente a otras vías de actuación, como la redacción de un nuevo plan de movilidad, la reforma o la modificación de la ordenanza actual.
La derogación de la ordenanza afecta al conjunto de la movilidad en la ciudad y no puede tratarse como un caso aislado sin considerar su efecto en el conjunto. El que no haya un informe sobre los problemas y los beneficios que la ordenanza produjo, es muy preocupante. Se deroga sin razones. Lo que es un gran problema. O quizás habría que pensar que se deroga sin mostrar las razones, y eso significa hurtar a la ciudadanía el debate. No cabe duda que hay personas en contra del carril bici y del carril bus y taxi, pero también las hay a favor. La ciudad ha de ser gobernada en función de datos objetivos y las políticas de gobierno han de estar apoyadas por criterios técnicos. Hacerlo de otra manera es hacerlo mal, deberían explicarse detalladamente las razones por las cuales se deroga la ordenanza, el Ayuntamiento tiene la obligación de dar las explicaciones que sean necesarias. No se está diciendo que la movilidad en Valladolid no tenga problemas. Al contrario, los tiene y es esencial seguir corrigiéndolos y adaptando la ciudad a los nuevos sistemas de transporte. Pero a través de un proceso racional y público.
El autobús, la bici y la contaminación
El carril bici es una infraestructura demandada por una parte importante de la sociedad vallisoletana. Ha sido un ejemplo de gran éxito y la prueba es el uso que ha tenido desde su construcción. El contador del Paseo de Isabel la Católica el pasado día 28 de junio ofrecía a las 9:20 de la mañana la cifra anual de 162.933 ciclistas que habían pasado por él (Fig. 1). Los coches generan contaminación, la cual tiene efectos sobre la calidad del aire que respiramos todos los ciudadanos. El coche es una máquina extraordinariamente útil, pero en la actualidad la masificación de los vehículos, las calles estrechas, la falta de aparcamiento, los atascos, han reducido su utilidad, especialmente en los centros de las ciudades. Para hacer la ciudad saludable se necesita una ciudad con más bicicletas y más transporte público.
La vuelta al dominio del coche privado en el espacio de la ciudad (la vuelta al pasado plan de movilidad del alcalde Javier León de la Riva)
De facto la derogación de la ordenanza lo que supone es la vuelta a la situación que se vivía en las calles y plazas afectadas por la ordenanza aprobada por el Ayuntamiento el 5 de julio de 2022, a su régimen legal anterior. Y esto nos lleva de vuelta al predominio del vehículo privado. La regulación de la movilidad urbana que pone en primer lugar el coche privado por encima de otros sistemas de transporte más sostenibles es una muy mala elección. Especialmente porque el coche privado es usado principalmente por una parte de la población: los hombres. Según la estadística de la DGT en España en 2021 hay cuatro millones de mujeres menos que hombres con carnet de conducir. Solo hay que salir a la calle para ver que los coches circulan muy frecuentemente con un solo pasajero, el conductor, y son conducidos principalmente por hombres. Basta subir a un autobús municipal para constatar que son mujeres y niños mayoritariamente los que usan ese servicio. Favorecer el coche es la respuesta de los varones que ven el mundo desde el asiento de su coche y lo administran según su interés como conductores. La regulación del tráfico en Valladolid desde sus inicios ha estado favoreciendo a ese grupo particular de población (los varones) por encima del resto.
Pero no es una cuestión solo de carriles bici. Afecta también a los privilegios de los conductores de coches sobre los peatones. Hay que tener en cuenta que en Valladolid el 50% de los desplazamientos se efectúan andando, mientras que los desplazamientos en vehículo privado representan el 33 % (PIMUVA, 11). Por el contrario, el reparto del espacio público en el centro de Valladolid es justamente la inversa. Un ejemplo sangrante del predominio del coche frente a los peatones son los 18 segundos que dura en verde para los peatones el semáforo del paso de peatones del Paseo de Isabel La Católica, en la esquina con la calle de San Agustín. Efectivamente, en el paso peatonal que cruza Isabel La Católica, el que se encuentran al sur del cruce, los peatones que respetan el semáforo han de cruzar los cinco (tres más dos) carriles de la avenida en dos fases, una por cada sentido de la circulación, pues el tiempo que dura abierto no da para más. Los peatones que no se atreven a cruzar sorteando los coches se ven obligados a protegerse en la isleta y esperar que se vuelva a poner en verde. Mientras, el tiempo destinado al coche es de 1 minuto 22 segundos. Es decir, 82 segundos para los coches frente a 18 para los peatones, el coche tiene cuatro veces más tiempo que los peatones. Pero lo más importante es que los 18 segundos no dan para atravesar la avenida andando y menos si se trata de ancianos o madres con niños. Muchos peatones, que respetando el semáforo atraviesan la avenida relajadamente, se ven de improviso sorprendidos en la mitad de la calzada cuando ya el semáforo ha cambiado a rojo y ven aterrados como se acercan acelerando los coches que tienen su semáforo en verde, mientras empiezan a pitar furiosos a los sorprendidos transeúntes. Son muchos los problemas que tiene la ciudad en relación al tráfico, pero justamente hay que ir corrigiéndolos en el sentido contrario al que parece haber tomado la nueva Corporación con esta derogación.
El uso de los carriles bici – circular con seguridad
Desde hace unos años se ha incrementado el uso de la bici en todas las ciudades españolas, también en Valladolid. Es un fenómeno imparable. Ese aumento ha venido acompañado por la mejora de las condiciones para circular con bici, ha mejorado la seguridad. Y la seguridad del ciclista en los carriles bici ha sido esencial para dicho aumento. En la actualidad estamos viendo el caos que se forma a la salida de los niños en las inmediaciones de los centros de enseñanza. Los coches de los padres aparcados en doble y triple fila, los policías municipales intentando parar el tráfico para facilitar la salida ordenada de los colegiales. Eso son los problemas que hay que resolver, y para ello es especialmente importante la mejora de la seguridad. El carril bici es una infraestructura que proporciona seguridad y eso es uno de los factores esenciales para poder usar la calle.
El uso de los carriles bus y taxi
¿Qué han dicho los taxistas? ¿Qué dicen los pasajeros de los autobuses urbanos? Los taxistas y los autobuses han sido los grandes favorecidos por la ordenanza que ahora se pretende derogar. Un carril solo compartido por los taxis y los autobuses ha sido un privilegio, lo que provocó la envidia de muchos automovilistas. Eso se pudo ver esencialmente en el carril de acceso a la plaza de Poniente, pues mientras decenas de coches hacían fila para entrar en el centro, el carril de uso exclusivo para bus y taxi permitía avanzar sin obstáculos hasta el mismo semáforo a autobuses y taxis. También ha sido el caso de la calle López Gómez. ¿Se ha tenido en cuenta la opinión de los taxistas? ¿Se ha preguntado a los usuarios del autobús municipal? ¿No hay datos sobre el grado de satisfacción de los taxistas y sus pasajeros con esa infraestructura? ¿No se va a preguntar a los afectados? ¿Acaso a la nueva Corporación no le importa la opinión de estos colectivos?
Conclusiones
La decisión de derogar la ordenanza de carril bici y carril bus y taxi y la forma de plantearla es una mala señal, ya que en este primer paso que da el nuevo Ayuntamiento se renuncia a proponer soluciones al problema. Se está actuando de una forma que recuerda demasiado a la conducta anunciada por el presidente del PP de derogar las leyes que aprobó el gobierno central actual. ¿Es necesario recordar al actual Alcalde surgido de las urnas que los problemas de Valladolid distan mucho de los problemas que hemos visto en el panorama nacional? ¿Es que ignora que la ciudad de Valladolid tiene problemas específicos que han de ser analizados con extremo cuidado y estudiados con detenimiento?
La respuesta que debe dar el nuevo equipo de gobierno, que quiere aplicar “nuevas orientaciones” sería la reconsideración del Plan de Movilidad actualmente vigente, bien sea a través de una modificación parcial, bien sea por medio de la redacción de un nuevo plan. Pero teniendo en cuenta el conjunto. Y la cuestión central es que el actual gobierno municipal ha de seguir gobernando la ciudad y cambios puntuales sin explicación y sin consenso con la ciudadanía son enteramente negativos. La falta de información sobre los pasos que va a dar el Ayuntamiento después de la derogación de la ordenanza apuntan a la falta de ideas y criterios. Al mismo tiempo es menester seguir incidiendo en políticas que favorezcan una movilidad sostenible en nuestra ciudad. Hay que dirigir la ciudad, pues los problemas siguen ahí, y seguirán creciendo. Pero hay que dirigirla con conocimiento, responsabilidad y sentido.
En suma, la Asociación Cultura Ciudad Sostenible pide que se redacte un plan de movilidad sobre el conjunto de la ciudad, se opone a la derogación de la ordenanza de Carril Bici y Carril Bus y Taxi, pide que se conserven los carriles bici y carriles taxi y bus existentes y solicita que se amplíen donde sean más necesarios y especialmente para facilitar el acceso a colegios, facultades, áreas industriales y centros deportivos.