¿Cómo proteger al comercio minorista?

Claves para un urbanismo sensible con los cambios del comercio.

Fig. 1. Locales vacíos en la calle Manzana de Valladolid. Foto; JLSG.

La grave crisis que está padeciendo el comercio minorista en Valladolid es evidente para cualquiera que se dé un paseo por las calles de la ciudad y especialmente en el centro, donde abundan desde hace varios años los locales vacíos. Cientos de tiendas han desaparecido, los locales que ayer alojaban tiendas de ropa, electrodomésticos, librerías y utensilios de cocina, hoy están vacíos y muestran los carteles de “se alquila”. Algunos locales todavía sobreviven milagrosamente, otros han logrado sortear la crisis a base de tirar de los ahorros, por desgracia muchos han bajado la cancela para siempre. La imagen que ofrecen algunas calles hoy día, con casi todas las tiendas cerradas, es desoladora.

La crisis a la que se enfrentan el pequeño comercio es muy compleja y no puede atribuirse a una sola causa. ¿Es necesario traer a la memoria las nefastas políticas municipales que eliminaron los mercados del Campillo y Portugalete? Recordemos también la alegría a la hora de autorizar los primeros centros comerciales en los años 80 en las áreas de mejor accesibilidad, junto a las rondas o en las autovías de salida de la ciudad.  Entonces aparecieron los grandes centros comerciales, Carrefour, Eroski, Hipercor y Prika, que se asentaron junto a las rondas de circunvalación y aprovechando las inversiones públicas en infraestructuras dieron otra vuelta de tuerca y fueron cercenando el negocio al pequeño comercio. Luego vino Rio Shopping, IKEA, etc. Otra andanada fue capitaneada por los Mercadona, Aldi, Lidl, Dia y Gadis. Por último, surgió la venta por internet, con Amazon a la cabeza, que vende cualquier cosa que te puedas imaginar y te lo lleva a casa. Lo que parecía era el último golpe, la aparición del comercio por internet, fue remachado por la pandemia y el confinamiento, lo que ha significado la puntilla para muchos pequeños comercios.

El comercio minorista ha cambiado a lo largo de los años y lo que llamamos “las tiendas de toda la vida”, comercios en establecimientos en el interior de edificios con grandes escaparates a la calle, eran una moda extravagante a mediados del siglo XIX, pues el sistema de comercio minorista entonces era el mercado en los espacios públicos, en las plazas y calles. Desde entonces el comercio ha cambiado de forma extraordinaria. Y seguirá evolucionando.

¿Quién no se acuerda de la ferretería Rahor o de la confitería La Conchita en Platerías, de la Cocina Moderna en Teresa Gil o de la tienda de Soler en la calle de Santiago? Un gran problema es que esas tiendas hayan desaparecido, pero mayor problema es que en muchos casos no ha habido nuevas tiendas que ocupen el espacio de las desaparecidas. Es decir, es muy preocupante la falta de relevo y muchos locales permanecen vacíos desde hace varios años. La pandemia ha venido a dar la puntilla a los últimos locales que resistían estoicamente. Ahora los únicos comercios que sobreviven son los que instalan las cadenas internacionales, con sus franquicias, con sus ofertas de hamburguesas, teléfonos móviles y cafeterías estandarizadas.

Estamos viendo el final de un proceso largo y complejo en nuestras ciudades, que se está materializando en la pérdida de calidad del espacio urbano en varios aspectos. Por un lado la desaparición de las tiendas es una tragedia desde el punto de vista de los que pierden sus puestos de trabajo y su negocio; por otro lado la desaparición de los servicios que estos locales ofrecían reduce la calidad de vida en las zonas afectadas, produce la desertificación de los centros, lo que conduce a la decadencia del centro. Otra cuestión es que en muchos espacios urbanos históricos las tiendas tradicionales formaban parte del tejido original, y son difícilmente reemplazables por otros usos y su desaparición modifica el espacio urbano histórico de forma radical, lo que suponer una forma de destrucción. Un tema aparte es la invasión de los envases de plástico, que los grandes centros comerciales han ayudado a implantar de forma generalizada y que ha cambiado las formas del consumo. Envases que supuestamente acompañan o que significan la modernidad y que generan enormes cantidades de basura, dejando a un lado la venta a granel, característica del comercio tradicional, que queda como un vestigio del pasado. Se han cambiado los hábitos de consumo de forma que los envases (de plástico, de cristal, de cartón, etc.) se han multiplicado y van a la basura, cuando ayer todo se vendía a granel y al menos los envases de cristal se reutilizaban.

A finales del pasado mes de julio El Norte de Castilla organizó unas “Jornadas de Comercio” que tenían como subtítulo “Construyendo Futuro, Sumando Esfuerzos” en las que participaron diversas instituciones: el Ayuntamiento de Valladolid, la Diputación de Valladolid y el Banco de Santander. En el contexto de dichas Jornadas el Ayuntamiento de Valladolid anunció hace unas semanas un plan para la compra de locales, con el objetivo de reducir los locales vacíos y potenciar la presencia de actividad en el espacio urbano. Se trata de una buena iniciativa que vendrá a paliar con la intervención pública algunos de los problemas de los altos alquileres que demandan algunos propietarios. En todo caso no se debe olvidar que los mercados municipales también tienen locales vacíos en la actualidad, por lo que serán necesarias medidas más audaces. Otras medidas propuestas van en la dirección de disponer de dinero para aportar ayudas directas a los autónomos y a las pymes de 13 millones de euros, así como otras partidas de 2 millones de euros para la digitalización de las empresas. El diagnóstico principal se centra en lo siguiente: los problemas del comercio radican en que suelen ser negocios regentados por familias sin relevo generacional, falta conocimiento sobre las nuevas tecnologías del comercio y falta de asesoramiento. Además los alquileres de los locales en el centro son caros en relación con los rendimientos comerciales actuales.

La respuesta que se dio inicialmente en muchas ciudades fue poner en marcha sistemas para animar al consumo en las tiendas tradicionales, por medio de promociones de diverso tipo que se dirigen a los consumidores, como bonos, rifas, etc. Los altos precios de los alquileres de los locales es otro gran problema, y la respuesta ha sido diseñar una ayuda directa a los comerciantes en el apoyo en el pago de los alquileres, exigiendo al mismo tiempo la reducción de las rentas a los propietarios.  Por último, otras acciones se centran en modernizar el comercio tradicional, con la oferta a los empresarios de formación y equipamiento, sobre todo en las nuevas tecnologías, lo que posibilita aprovechar la evolución de los sistemas informáticos aplicados a los servicios comerciales y aprovechar sus ventajas.

Para muchos el problema a resolver es la inadecuación entre el alto precio del alquiler de los locales y la caída de las rentas del comercio tradicional. Un ejemplo de interés dirigido a la reducción de los alquileres es el del Ayuntamiento de Essen, Alemania, el cual, frente a los problemas de los locales vacíos en el centro de la ciudad ha organizado un plan para ayudar al comercio minorista que se basa en las siguientes acciones: el ayuntamiento alquila locales a sus propietarios, con la condición de que reduzcan su precio un 30%. Si el precio que demanda el propietario y que pagó el último inquilino es, por ejemplo, de 1000 euros, el ayuntamiento exige la rebaja de un 30%, es decir el alquiler que recibirá el propietario tendrá una reducción de 300 euros y por consiguiente recibirá solo 700 euros. Dichos locales son ofrecidos a los comerciantes a un precio del 20% de lo que pagó el último inquilino, es decir, 200 euros. La diferencia de precio la paga el Ayuntamiento de Essen, el cual asume el 10% (100 euros) y el 40% restante (400 euros) lo aporta el Estado Federal de Renania del Norte-Westfalia (Nordrhein Wetsfalen). El programa tiene una duración de 2 años, después de lo cual se planteará su continuidad o su modificación. Se ha puesto en marcha en el segundo trimestre del 2021. El Estado Federal de Renania del Norte-Westfalia destina 70 millones de euros para un programa que lleva el nombre de “Revitalización del centro de la ciudad” (Wiederbelebung der Stadtmitte) y que se extiende a alrededor de 100 ciudades de la región de NRW, del que se aprovecha la ciudad de Essen.

El problema central es la falta de calidad del espacio urbano. Un buen espacio urbano reforzaría el comercio minorista y el comercio minorista mejora el espacio urbano. Por ejemplo, en las calles comerciales hay una importante falta de bancos para sentarse y los pocos que hay están ocupados. A pesar de los que el Ayuntamiento ha colocado últimamente, todavía se echan en falta más bancos en las calles, no solo en las plazas. Falta vegetación, pequeños espacios ajardinados que mejoren el lugar. Faltan urinarios públicos de calidad. No es aceptable que el ciudadano tenga que ser necesariamente comprador y confiar exclusivamente en los servicios de las tiendas y los bares, que son angostos, no están siempre limpios y, claro está, en caso de urgencia pueden servir si compras o haces una consumición. Son necesarios urinarios públicos limpios como patenas y con un esmerado mantenimiento. Y sobran los coches. Todavía está por doblegar el dominio del automóvil en el centro, sus privilegios los tomamos todavía como algo natural.

El comercio minorista aumenta la calidad del espacio urbano. Es necesario favorecer la vocación y la diversidad económica y comercial del municipio. ¿De qué manera se puede dar seguridad al mantenimiento y la mejora de un espacio urbano comercial activo? Es complicado dar respuesta a esta pregunta, pero en todo caso el camino está en favorecer las acciones que permitan políticas de respuesta múltiple, que involucren a la mayor parte de los estamentos de la sociedad.

Información extraída de:

El Norte de Castilla, 25-07-2021, pág. 24.

El Norte de Castilla, 27-07-2021, pág. 16.

“Die Rettung der Einkaufsstadt”. Die Welt, 24-04-2021, pág. 43.

“Wiederbelebung der Stadtmitte”. Die Welt, 13-04-2021.https://www.welt.de/regionales/nrw/article230250961/NRW-will-mit-70-Millionen-Euro-Innenstaedte-unterstuetzen.html

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