II Ciclo: Cuarta sesión

Tema: Arte público independiente

Interviene: Carmen Palenzuela
Presenta y modera: Celestino Candela
Grafiti en Quito, Ecuador.

La cuarta Sesión, presentada por Carmen Palenzuela, tuvo lugar el jueves 19 de diciembre de 2012, a las 20,30 horas, en el Café Zorrilla.

Resumen de la conferencia:

La conferenciante Carmen Palenzuela fue presentada brevemente por Celestino Candela, como licencia en BBAA, pintora, comisaria de la Exposición Espacios para la Libertad, que se llevó a cabo en el Museo Patio Herreriano, profesora del instituto de Cuellar sobre expresión plástica y visual. La charla se inició con la explicación del origen del término “arte público independiente”. Son obras realizadas por artistas, en el espacio público, en la calle, sin control, sin permiso, abandonadas en la ciudad, sin apoyo de ningún mecenas. Las obras de este tipo más importantes son los llamados grafiti. ¿Es arte el grafiti? Se trata de una discusión bizantina, que no tiene sentido. Es la eterna discusión sobre el arte callejero y el arte culto, como si se tratara de mundos distintos, habiendo una permeabilidad total entre uno y otro. Los últimos movimientos artísticos plantean la necesidad de la libertad en el arte, un arte socializado, un arte para todos los públicos. El origen de este arte lo podemos encontrar en los movimientos artísticos de la posguerra. Lee un manifiesto de un grupo que vertebra la vanguardia artística de los años 50 en España, el grupo El Paso, por todos conocido. El arte público independiente es …

“una obra auténtica y libre, abierta hacia la experimentación e investigación sin fronteras, y no sujeta a cánones exclusivistas o limitativos” … “Nos encaminamos hacia una gran transformación plástica en la cual encontrar la expresión de una nueva realidad. Y hacia una antiacademia, en la que el espectador y el artista joven tomen consciencia de su responsabilidad social y espiritual”.

Manifiesto del Grupo El Paso, 1957.

En este texto está la fórmula artística de aquellos años, que mezclaba la agitación política, la concienciación social y el arte experimental. El arte culto había evolucionado rápidamente en los años previos y había empezado a traspasar algunas convenciones, como el mismo marco. Artistas como Frida Kalho ya habían empezado a sobrepasar la tela, desbordando el cuadro, “unos piquetitos…” y la pintura se sale del cuadro. En el cuadro “El suicidio de Dorothy Hale” el cielo se sale del marco porque la emoción es incontrolable. En los años 50 en España artistas como Millares, Tapies, Canogar, rompen la tela, el soporte se arruga, se tuerce, se rasga. Muchos artistas, como Lucio Fontana, fundador de la corriente espacialista, rompen con la pintura del caballete. Su pintura baja a la calle, se integran en la calle, se funde con el paisaje. La española Ester Ferrer tira una línea de cinta aislante en la calle. Ya no se puede responsabilizar de lo que está pasando en la calle a los juegos de niños. De ahí se pasa al grafiti pandillero. Ya no hay tanta distancia entre el arte culto y el grafiti. De la brocha a la tiza, del lienzo al muro, del pincel al spray, del lápiz a los rotuladores.

El grafiti es un juego competitivo, peligroso, importa el mensaje, pero también el lugar, el soporte, el estilo. Es un mundo cerrado, con un código cerrado, exclusivo para los grafiteros. Para clarificar este mundo hay que señalar que se pueden dividir en cuatro clases: grafiti, postgrafiti, intervenciones específicas y activismo. El inicio del grafiti es una actividad de riesgo. Nace así el grafiti en Nueva York o el de California, el grafiti de trenes. Autores como Haring y Basquiat que vienen del arte culto renuevan los códigos formales, tomando la calle como nuevo espacio del arte. Es una actividad perseguida y el ser artista es arriesgado. En el postgrafiti, en cambio, la gente aprecia y reconoce el arte, se para a verlo, es ensalzado, aunque no por todo el mundo. El artista utiliza los paneles del metro, y lanza mensajes críticos, pero ya no es visto como un delincuente. Aparece el bad paint. La calle es el lugar para exponer. Aunque de la calle también se pasa a la galería, el camino en sentido contrario. Daniel Buren escoge las listas que adornan los toldos en París y juega formal y conceptualmente con ellas. Nuria Mora, Eltono, tienen numerosas intervenciones en las calles de Madrid. La intervención específica responde a una acción más compleja y más diseñada. Simon en el Soho organiza con un grupo de artistas numerosas intervenciones. En los muros de las barriadas hacía casitas, mundos de gente pequeña, en lugares que se iban a demoler. Hizo algo en Valencia, en el Cabañal. Es un tipo de arte callejero minoritario, actúa en función del entorno, con mensajes de amplio espectro. Modifica los elementos del espacio urbano para darle otro sentido. Algunos autores españoles que tienen muchas intervenciones de este tipo son SpY, Chema Madoz, Carlos Sanz Aldea. Finalmente el activismo es una forma más radical de arte. Lo hemos visto recientemente en la denuncia por la muerte de un ciclista. Ya es arte de calle, o Street Art. Pero es también denuncia ácida. El artista recupera el anonimato. Hay algunas obras de gran repercusión, como las rosas de Sarajevo o la de Eternity en Sydney, que se ha convertido en el icono de la ciudad.

El grafiti es arte, que duda cabe, pero es esencialmente una forma de expresar conceptos, ideas, sentimientos, que no pueden decirse de otra manera. Esa es la clave. Se trata de un movimiento, el grafiti, que ha tenido un largo recorrido y que está lejos de haber llegado a un momento de decadencia, todavía está evolucionando. De lo que nació en Nueva York o los Angeles a lo de hoy, hay una gran distancia.

La charla fue acompañada por numerosas ilustraciones de los grafitis.

Carmen Palenzuela.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *