Inició la sesión Luis Matilla con la reflexión siguiente: “Cuando se atraviesa un polígono industrial como el de Argales la sensación no es agradable”, “es necesario dar una segunda vida a estos espacios por medio de su recuperación urbanística”. Presentó luego brevemente a los miembros de la mesa.
La primera ponente, Rosario del Caz, arquitecta, profesora de la ETS de Arquitectura de la UVA, explicó el proyecto INDNATUR, financiado por la Unión Europea; es un proyecto liderado por la Universidad de Valladolid y que cuenta como socios al Ayuntamiento de Valladolid, el Instituto Politécnico de Bragança, la Fundación Patrimonio Natural de la Junta de Castilla y León, AEICE y la Diputación de Ávila. El principal objetivo del proyecto es aplicar las soluciones basadas en la naturaleza en los polígonos industriales. Seguidamente se centró en las acciones llevadas a cabo en el polígono de Argales, para explicar las áreas en las que se han centrado sus acciones, principalmente la creación de dos corredores verde-azul. El polígono es una isla dentro del espacio urbano en la que no hay ni un solo árbol en el espacio público; las instalaciones eléctricas aéreas contribuyen a la degradación del paisaje. Hay dos elementos muy degradados, que poseen al mismo tiempo interés, la acequia de Valladolid y el arroyo Espanta; a pesar de su arrinconamiento esos espacios tienen una cualidad, la biodiversidad.
Siguió la exposición de Boriana Christova, ingeniera técnica agrícola y paisajista, la cual explicó los problemas que se encontraron como adjudicatarios del proyecto de ejecución. Enumeró las dificultades que encontraron con la cartografía existente y la falta de detalles sobre las particularidades de la urbanización; narró la situación de las instalaciones eléctricas, gasísticas, así como las conducciones de fibra óptica, en conflicto con la vegetación proyectada, tanto en el subsuelo como en la parte aérea. Explicó los materiales que se emplearon para los pavimentos filtrantes y las soluciones empleadas para evitar la erosión del terreno. Finalmente, abordó la elección de las especies arbóreas (fresnos, arces, cerezos, etc.) y las especies elegidas para el seto bajo que poblarían los alcorques (geranio, lirio, gramíneas, etc.).
Intervino en último lugar José María Hernanz, arquitecto municipal del Ayto. de Valladolid. Explicó el proyecto municipal, que nace del encargo de dos concejalías, la de Planeamiento Urbanístico y Vivienda, en coordinación con la de Innovación, Desarrollo Económico, Empleo y Comercio. El encargo se centra exclusivamente en la cruz formada por el cruce de dos de las calles más importantes del polígono, la calle Daniel del Olmo y El Norte de Castilla. La idea es que el proyecto funcione como piloto para las siguientes fases. Destaca la coherencia que ha habido entre los dos proyectos, el de INDNATUR y el del Ayuntamiento, que han funcionado coordinados, con similares criterios y soluciones. Destaca que en el proyecto del Ayuntamiento se ha movido la tubería del gas en algunos puntos; se ha llegado a un acuerdo, materializado en la firma de un convenio con Iberdrola, para resolver el problema de las instalaciones eléctricas aéreas con torres y cables: el Ayuntamiento construirá las tuberías enterradas, que ofrecerá a Iberdrola para que coloque sus cables eléctricos. También se realizará la cubrición de las paredes de los transformadores eléctricos con jardines verticales.
Posteriormente se inició un coloquio, con preguntas y comentarios de diversos asistentes sobre los aparcamientos en la calle, la terciarización del polígono y el trazado del carril bici. En este turno intervino la concejala Charo Chávez, señalando las cualidades de los dos proyectos, el europeo y el municipal, en los que destaca su valor para generar nuevo conocimiento en la mejora de los espacios industriales, la escalabilidad de los proyectos que se pueden reproducir en otras áreas, ya que son proyectos piloto que funcionan como ejemplo, destacando la calidad del trabajo llevado a cabo por los diferentes equipos.