Autores: Susana Ordóñez, Celestino Candela Pi, José Manuel Fernández Delgado y José Luis Sainz Guerra.
La aspiración a tener una acción pública de buena calidad depende de cómo los elegidos utilizan los poderes que los ciudadanos les otorgamos. Una administración eficaz depende del grado; en el cual lós poderes públicos-políticos son capaces de afrontar y resolver con éxito los problemas que gestiona, respetando las reglas del juego. Solo se aprende de aquello que se evalúa. La administración de una ciudad no es una cuestión de fe. Y nuestros gestores políticos municipales, yerra que yerra, con aparatos administrativos caducos, que no sirven, donde las estructuras, los procesos y las maneras de hacer responden mayoritariamente al viejo estilo, nacido para responder a entornos muy diferentes de los actuales. Hoy los directivos públicos municipales se enfrentan a escenarios cada vez más complejos. El rol de los poderes públicos municipales ya no es el de mandar y vetar. El gobierno de una ciudad incluye las estructuras, los procesos, los actores, las relaciones entre ellos, las reglas, los dispositivos de control y rendición de cuentas y…en general, todos los elementos que inciden sobre las decisiones en la esfera pública.